a Freelance Web Developer

Bonita, moderna, muy moderna… pero he tardado 3 puertas y preguntar a 2 personas el encontrar la entrada a la biblioteca del Reina Sofía y eso que la tenía delante a través de las cristaleras que dan a la calle.

Una vez dentro, pese a los ridículos cartelitos pegados con celo con dibujos de escaleras que suben y bajan, he tenido que preguntar otra vez para saber por donde se bajaba.

Ya había notado esa falta de usabilidad del nuevo edificio del museo al perderme también un par de veces para encontrar la entrada, y más tarde también la salida, de la cafetería. Pese a que también la tenían alumbrada con ridículos carteles a fotocopia.

Tropecientos millones de euros en un edificio de acceso público que requiere instrucciones para el uso más básico que le gente le va a dar: entrar.

¿Cómo explicar a los artistas que el verdadero arte es el que pasa desapercibido?, ¿sabrían motivarse sin alimentar su ego?

PD: la biblioteca está llena de escaleras y no he visto ni un ascensor para gente que no puede usarlas.

Una vez adquirido todo ese conocimiento teórico, aún no soy en modo alguno competente en el arte de la medicina. Sólo llegaré a dominarlo después de mucha práctica, hasta que eventualmente los resultado de mi conocimiento teórico y los de mi práctica se fundan en uno, mi intuición, que es la esencia del dominio de cualquier arte.

Erich Fromm ‘El arte de amar’

The Cisco’s Human Network.

Es este tipo de publicidad que me pone los pelos de punta, que me habla de un mundo futurista donde la tecnología es parte íntegra de nosotros los humanos, indivisible. Un mundo donde la ubicuidad es una habilidad de todos y de todo. Dónde todo está conectado y el ‘Yo’ ya no existe o por lo menos no sólo nos pertenece a nosotros como individuo pues el ‘individuo’ ya no existe o no hay posibilidad de aislarlo fuera del contexto al que pertenece para su estudio y definición.

Un mundo que es el nuestro y un tiempo que es el ahora.