No hay nada como ser un ‘no-cliente’.
En el momento que la máquina me pregunta que para mejorar el servicio debo indicar si ya soy cliente o si todavía no lo soy mi cerebro empieza a calcular alternativas de jugada a partir de los dos posibles movimientos.
La jugada más efectiva en esta situación es que te dirijan hacia la ruta de los no clientes: te contestarán más rápido, te pasarán con los mejores comerciales y te tratarán mejor.
Qué triste es ser un ya cliente.